En este órgano de gobierno se ha manifestado hoy el rechazo a la política de restricciones y recortes que ha puesto en marcha el Gobierno. Rechazo que se funda no solo en la gravedad que supone el tener que reducir las prestaciones sociales en determinados ámbitos de la población más necesitada, sino en la filosofía que subyace de aceptación resignada de estos recortes porque en una situación de “economía de guerra”, como una de los intervinientes ha dicho, lo verdaderamente importante es dar de comer la gente. Lo que nos llevaría a sustituir buena parte de nuestras actividades y programas por acciones más específicas en el ámbito de la cobertura de las necesidades primarias.
La asamblea se ha ratificado en la necesidad de mantener los programas que hasta ahora se han venido realizando. Programas que avalan el desarrollo de las personas sometidas a las necesidades de siempre, hoy fuertemente agravadas, como son el paro, la enfermedad, la discapacidad, la atención a la infancia, la inmigración y la pobreza extrema que ya afecta a millones de personas.
La asamblea ha acordado, en primer lugar profundizar en las acciones informativas con el fin de que la sociedad en su conjunto sea conocedora del peligro que corre el estado de bienestar si las personas que están en mayor riesgo de exclusión social no ven atendidas sus necesidades más vitales. En segundo lugar todos los presentes acordaron suscribir el informe de situación expuesto en la asamblea con el compromiso de completar, en el plazo de cuatro días, las aportaciones concretas de cada organización en el campo de las restricciones presupuestarias que impide la sostenibilidad de los servicios que prestan a los ciudadanos. Una vez redactado el informe final la asamblea decidirá el ámbito superior al que lo eleva.
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